Ideal para la merienda, la hora del té o incluso como postre. Fácil de hacer, como todas nuestras recetas, con un sabor otoñal inconfundible, para sorprender a tus amigos o familiares.
- 1 lámina de pasta quebrada refrigerada
- La cáscara de 1 limón
- La cáscara de 1/2 naranja
- La ralladura de 1 lima o 1 limón
- 1/2L de leche
- 3 yemas de huevo
- 40g de maicena
- 120g de azúcar
- 200g de uvas rojas
Elaboración:
Aromatiza la leche. Lava las cáscaras de limón y naranja y ponlas en un cazo grande con la leche. Lleva a ebullición, retira del fuego y deja templar un poco. Bate las yemas en un cuenco con el azúcar y la maicena hasta que estén blanquecinas. Agrega la leche en un hilo y sin dejar de batir con unas varillas manuales. Precalienta el horno a 180º.
Pasa la mezcla anterior al cazo y cuécela, a fuego suave y removiendo con una cuchara de madera, para evitar que llegue a hervir. Cuando espese, retírala y deja que se enfríe.
Extiende la pasta quebrada en un molde de tarta forrado con papel sulfurizado, pincha el fondo varias veces con un tenedor y cuécela 20 ó 25 minutos en el horno, hasta que se dore. Retírala, rellénala con la crema, espera a que se enfríe y déjala en la nevera 3 horas. Lava las uvas, córtalas en cuartos y retírales las semillas. Repártelas sobre la tarta, espolvorea con la ralladura y sirve.
¡Truco! Si al hacer la crema pastelera se forman grumos, pásala por la batidora para deshacerlos.
Base de bizcocho. Esta receta te quedará también muy rica si en lugar de usar pasta quebrada, pones como base unos bizcochos de soletilla o unos sobaos humedecidos en zumo del sabor que más te guste. En tal caso, utiliza mejor un molde desmontable. Cubre la base con los bizcochos, de modo que lleguen hasta la mitad de la altura de las paredes. Déjalo en la nevera 2 ó 3 horas, para que se solidifiquen, y vierte la crema.
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